lunes, 15 de febrero de 2016

Después de haberlo perdido todo

Antes sí perdía cosas pero nunca lo suficiente como para entender lo que ahora entiendo. Era fácil entenderlo, lamentablemente a mi me enseñaron a tener las cosas aun sin merecerlas, no me dolía perder.

Cuando estaba en colegio nunca gané un periodo lectivo de manera justa, todos los años perdí el curso, tenia que rendir pruebas supletorias para ganar el año y aún así no podía hacerlo. Daba coima a los profesores o mi papá iba a hablar con ellos y de esa forma lograba "escalar" de un curso al otro. Escalar. No se trata de subir un escalón sin moverse, sin embargo es posible y eso es una aberración. Así me sucedió, lograba escalar pero yo no me movía era cargado por dádivas, lo cual era injusto, porque el que llegaba conmigo a la meta de manera justa, llegaba con la fuerza de su propio esfuerzo, yo no supe distinguir eso.

Fui haciéndome adulto y "afortunadamente" seguía recibiendo dádivas, no sabía el monstruo que estaba creando. Mis padres me mantenían, luego busqué la manera de mantener mi estilo de vida hasta cuando me vi al espejo y vi la cara de un parásito, sabía que había un problema pero uno no había tenido suficiente, el confort existía me lo mantenían mis padres porque me querían, porque hacían lo posible para que yo no sufra, en el fondo se sentían culpables por no haber controlado sus impulsos y criarme en un ambiente caótico de problemas donde no hacía más que escapar, por lo que en ese sentido sí fueron responsables en limpiar las cagadas que yo iba haciendo en el camino, lo hacían para enmendar la culpabilidad que sufrían por la crianza que  me dieron en el tiempo de esos primeros años de mi vida. Es complejo, porque como padre uno no puede dejar que el hijo sufra mas cuando es por culpa de nosotros, pero es claro que no fue buena decisión de ellos enmendar mis errores, me hice un parásito.

Ahora a mis treinta años, soy un parásito agonizando lejos del confort que tuve hasta ahora
ultimo. Mi padre ha muerto, mi madre está enferma, soy solo y he perdido lo más valioso que tengo, mi hija.

Está última pérdida significó perderlo todo, esta vez sí me dolió perder, por vez primera, es la primera vez que me siento vacío, contradictoriamente es lo mejor que me pudo haber sucedido, lo siento así, ser consciente de que debes buscar tu estabilidad, de que debes tú construirla, de que debes cuidar las cosas porque te costó tenerlas, o recuperarlas por que son valiosas para ti, ser conciente de eso, me ha hecho un ser nuevo.